miércoles, 2 de septiembre de 2015

Iron Maiden - The Book Of Souls



El nuevo lanzamiento de Iron Maiden, hace aparición cargado de novedades como de costumbre. Cinco años han pasado ya desde su anterior disco, “The Final Frontier” y la espera empezaba a ser angustiosa para muchos.  La banda fiel a trabajar sin barreras reaparece rompiendo moldes y  records de duración. Si “A Matter of Life and Death” y “The Final Frontier” superaban con amplitud  los setenta minutos, esta vez han ido más lejos sorprendiendo a propios y extraños con un disco doble que supera la hora y media. Once canciones muy distintas entre sí y donde destaca  un cierre que vuelve a romper otra marca con un track de más de dieciocho minutos. Una canción que dejaría en evidencia a cualquier músico de punk de los que lanzan sin miramientos discos de escasa media hora. A nivel de portada observamos un sobrio Eddie medio zombie y  el retorno al logo más auténtico de la banda que abandonaron tras el lanzamiento de “X-Factor” y que había sido ampliamente demandado por todos sus fans.
El álbum aunque extenso, es muy directo y facilita la escucha desde el principio, requerimiento dicho sea de paso, demandado por el sector más crítico de fans. La banda parece haber recuperado la esencia de los ochenta para implementarla en su nuevo redondo., encontrando además evidencias de sus recientes trabajos, aunque haciendo digerible el aspecto más progresivo que resultaba tedioso para el fan más clásico.  El esfuerzo, la calidad y la profesionalidad son las piedras angulares, donde se soporta este nuevo disco,  resultado que queda patente desde el primer minuto. Es posible que Iron Maiden lleven cuarenta años, pero la ilusión de sus integrantes por lanzar un disco encomiable, persisten inalteradas como si de noveles comenzando se tratara. En un disco tan largo y complejo podremos degustar casi de todo, guitarras rudas, guitarras finas, duplas, solos de nivel, decenas de melodías,  y cientos de detalles y matices que serán percibidos en las diferentes escuchas.
Desglose del disco y autores:

Disco 1
1.       If Eternity Should Fail (Dickinson) 8:28
2.       Speed Of Light (Smith/ Dickinson) 5:01
3.       The Great Unknown (Smith/ Harris) 6:37
4.       The Red And The Black (Harris) 13:33
5.       When The River Runs Deep (Smith/ Harris) 5:52
6.       The Book Of Souls (Gers/ Harris) 10:27
Disco 2
7.       Death Or Glory (Smith/ Dickinson) 5:13
8.       Shadows Of The Valley (Gers/ Harris) 7:32
9.       Tears Of A Clown (Smith/ Harris) 4:59
10.   The Man Of Sorrows (Murray/ Harris) 6:28
11.   Empire Of The Clouds (Dickinson) 18:01

El primer corte “If Eternity Should Fail” nos retrotrae a los ochenta con las típicas guitarras  cabalgando al ritmo que marca el runrun de Steve Harris y las baquetas de Nicko McBrain. Las voces de Bruce Dickinson parecen querer recordar su trabajo en solitario a ratos y a los viejos trabajos de la doncella en otros. Una mezcla perfectamente compatible. Nos encontramos también con un cuidado detalle a la hora de estructurar el tema y la vía libre que dan a la exhibición instrumental donde los solos se realizan sin prisas para poder ser apreciados con total nitidez.  A continuación, el primer single y adelanto “Speed of light”, tema cosecha de Smith y Dickinson, rápido y que sirve de continuación del estilo que gastaban en recientes singles. Tema pegadizo, directo y con un estribillo que hará las delicias de todos sus seguidores en directo.  El siguiente corte “The Great Unknown” abre con guitarras limpias y la voz misteriosa de Bruce Dickinson impregnando de atmósfera la canción.  La primera escucha me recuerda a sus trabajos de principios de la anterior década tras la reunión. La canción va poco a poco ganando energía y llama la atención el contraste de solos. Prosiguen con una  intro de bajo de Steve Harris, abriendo uno de los cortes más fuertes del disco. Unas alegres guitarras dan paso a otro tema que suena ochentero para regocijo de los más exigentes.  Melodías que entran rápido, cabalgueos, y el típico uoooh uoooh, ingredientes imprescindibles para sacar adelante un épico corte de la casa.  La banda se gusta asimismo en el extenso desarrollo instrumental y sus consabidos cambios de ritmo que conforma este excelente corte. “When The River Runs Deeps” recuerda en su riff inicial al “Somewhere in time” para convertirse en un tema completamente distinto, bastante suave y con muchos altibajos. Concluyen la primera parte con el corte que da título al álbum, “The Book of Souls”. Corte que tiene el carácter propio de cortes como “Powerslave” aunque con un sonido propio más reciente como el que realizaban a mediados de la pasada década, donde no falta el aire más teatral y épico. Otro tema que no resulta difícil imaginar en directo.  Un ritmo muy intenso, donde la atmosfera arábica también hace aparición.

Encaramos la segunda parte, con “Death or Glory” otro corte de los que aportan velocidad y frescura por partes iguales.  No sería de extrañar que acabe siendo el segundo single del disco.  Cuando se unen Smith y Dickinson, salen cortes brillantes y directos como el que mentamos. Rockero y muy directo.  “Shadows of the valley” recuerda levemente a su single “Wasted Years” en el inicio y rompe en un tema directo como hacían en lapropia  época del “Somewhere in Time” y el elogiado “Seventh Son of a Seventh Son” pero con algo menos de fuerza que se echa de menos. Lo más destacable es el excelso trabajo de los tres guitarristas. Continúan esta vez homenajeando a Robin Williams, a la vez que ponen de manifiesto lo cruda que es la vida en muchos momentos. La voz de Bruce Dickinson se torna especialmente expresiva y narrativa en este tema. En algunos momentos incluso recordándonos de nuevo a su estilo en solitario.  Otro tema más hard rockero y melódico donde lo que prima es la historia que se cuenta.  “The Man of Sorrows” une a sus dos más veteranos miembros Murray y Harris en un trabajo con excelentes guitarras y mucho sentimiento.  Un corte que aunque lleva el sello de esta gente parece querer sonar diferente a todo lo hecho con anterioridad. Corte sublime. Como colofón a semejante trabajo, se reservan una auténtica obra maestra “Empire of the Clouds”. Una composición digna de enmarcar. Abre con un piano sensacional ejecutado por el propio Bruce Dickinson que servirá para liderar una canción cuyas melodías juegan una y otra vez entre sí de forma majestuosa.  El resto de compañeros se suma progresivamente fusionando sus aportaciones hasta alcanzar el climax, en un tema que si bien no será apto para todos los públicos, servirá por lo menos para valorar el duro trabajo musical de estos grandes artistas. Aunque supongo que no faltara el osado que diga que no es más que un troncho de más de un cuarto de hora. Precioso broche con el que deleitan a todos sus seguidores. Las reminiscencias ochenteras son palpables desde la primera escucha.

La banda está de vuelta siguiendo los patrones que les hicieron grandes, fieles a todos aquellos que no han dejado un segundo de apoyarles.  Musicalmente estamos ante otro disco 100% Iron Maiden con unos miembros que llevan años juntos, se conocen perfectamente  y que controlan el paso de los años ajustando todo aquello que pudiera ser una limitación.  Un trabajo que a bien seguro cosechará grandes críticas y elogios. Sólo queda descubrirnos ante ellos una vez más.

 

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