Los Angelinos celebran su
veinte aniversario con su séptimo redondo. Los de Josh Todd gozaron de cierto
éxito comercial a finales de los noventa y principios de la siguiente década, desde entonces se han dedicado a dar bandazos
dejando entre medias unos cuantos temas sobresalientes de los que gusta degustar
con bourbon y que sirven como contrapunto a un montón de temas de batalla que
al parecer superan sin problema las escasas cribas que pasan sus discos en los
estudios.
Como suele ser costumbre
en la formación, el álbum contiene varios de los ingredientes necesarios en el
entorno rockero, energía, actitud, sexo y toques bluesy. Abren acertadamente
con un corte marca de la casa, “Bring it on back” que sirve rápidamente para
mostrar sus credenciales. De ahí en
adelante, un servidor se percata que alternan temas más competentes con otros
que resultan bastante endebles. Otro corte
destacado es “Madness” tema con el que reflejan las dos caras que suelen tener
las personas. Como escape a los cortes más enérgicos dejan un sensacional “The
Feeling Never Dies” cargada de sentimiento. Se reservan como broche un penúltimo
corte sublime “Sex Appeal”, perfecta
para rematar la faena. El buen trabajo guitarrero
de “Keith Nelson” es indiscutible y
queda visible en esas cuidadas melodías y esa atmosfera bluesy que impregna
algunos de sus cortes.
Los estadounidenses son
capaces de lo mejor y de lo peor, lo cual resulta visible en su nuevo disco,
pero que no es obstáculo, para poder llevarnos por delante un buen puñado de
temazos de la casa.
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